Periodismo en papel, lectura de placer

Lectura de periódicos¿Os imagináis un mundo sin periódicos? Periódicos de papel, digo. ¿A que muchos de vosotros sí? ¿A que no los echaríais de menos? Me atrevo a formular estas preguntas y casi a contestarlas en vista de las estadísticas cada vez más demoledoras sobre los índices de lectura y venta de la prensa impresa en este país. En cinco años se ha dejado de vender en los quioscos casi uno de cada cuatro ejemplares, es decir, un 23 por ciento menos. Y la tendencia sigue a la baja. En 2011, el último año del que se tienen cifras, la venta disminuyó en un siete por ciento.

No lo digo yo, lo dice la FAPE en su último informe anual sobre la situación de la profesión periodística en España. Y no es que exista un menor interés por estar informados. En absoluto. Frente a esta situación, la audiencia de los periódicos online ha crecido de forma espectacular y son ya 7,8 millones de españoles los que leen diariamente noticias en los diarios digitales, según cifras del Estudio General de Medios.

Hasta el mismísimo Clark Kent ha tirado la toalla. El periodista-superhéroe más famoso de todos los tiempos ha dejado el Daily Planet para trabajar en un periódico digital. ¡Quién nos lo hubiera dicho!

En resumidas cuentas, se lleva lo digital, lo online, la información a un golpe de clic, o lo que es lo mismo, la información de consumo rápido en una sociedad que no tiene ya tiempo para leer el periódico impreso. Por tanto, se lleva un nuevo tipo de lectura, una nueva manera de leer las noticias, más fragmentada, apresurada y tal vez, más superficial.

El diario en papel invitaba a una lectura sosegada, concienzuda y reflexiva, algo a lo que desgraciadamente muchos han renunciado, ya sea por el frenético ritmo de estos nuevos tiempos, por falta de paciencia o de ganas, por la accesibilidad a los contenidos en la red así como por su gratuidad. Muchos son pues los factores que explican ese trasvase.

Lo cierto es que ante una pantalla no se lee, se escanea. La lectura se convierte en una tarea más compleja y fatigosa – por lo menos para la vista –, bastante menos placentera que en papel.  

Con todo ello no cuestiono el periodismo digital. Al contrario, cuantas más voces e instrumentos para informar dispongamos, muchísimo mejor. Además, abre un abanico de posibilidades infinitas que hay que explorar y aprovechar. Ya lo dije aquí a propósito de los magníficos reportajes multimedia de The New York Times y del Washington Post. Simplemente pretendo romper una lanza a favor del papel, de la lectura con fundamento y reflexión, del deleite de tocar, oler y leer una publicación con la que se han formado e informado múltiples generaciones.

En fin, el papel se muere, agoniza, se extingue. No hay más que ver la continua y constante desaparición de periódicos impresos en este país. Esa es la realidad. Y aunque quizás muchos de vosotros sí, yo me resisto a concebir un periodismo sin papel y a renunciar a su grata y reposada degustación. Esperemos que por muchos años.

Cinco salidas profesionales para un periodista en paro

Antes que nada, comienzo este post con una buena noticia, de esas que desgraciadamente tanto escasean estos días. He encontrado trabajo y, además, de periodista. Lo digo, o mejor dicho, lo escribo, y todavía me cuesta creer. Atrás he dejado casi dos años de incertidumbre, desazón, angustia, junto con una incipiente crisis de identidad profesional… nada nuevo que muchos de vosotros no estéis experimentando.

Este hecho interrumpe – algo que no lamento – mis planes futuros, aquellos que había trazado ante las exiguas oportunidades laborales que me ha ofrecido el periodismo en estos dos últimos años. La verdad es que dos años han dado para mucho y sobre todo para darme cuenta de la necesidad de contar con un plan b, con un proyecto alternativo cuando nuestra aspiración inicial se da continuamente de bruces contra la cruda e implacable realidad. Llamadlo espíritu de supervivencia o necesidad de adaptación a los nuevos tiempos, como queráis. No es otra cosa que intentar seguir adelante y en absoluto significa renunciar al plan a, en el que tanto esfuerzo, ilusión, tiempo y dinero a lo largo de nuestra vida hemos invertido.

Por eso he decidido compartir con vosotros cinco posibles salidas que como periodista se han cruzado por mi mente a lo largo de mis 22 meses en las listas del paro, cinco opciones, algunas más válidas que otras – tampoco descubro las Américas -, con las que intentar ganarse el pan de cada día:

1Reconvertirse en community manager – gestor de comunidades virtuales –. Ésta es seguramente la opción más en boga en estos momentos y a la que muchos periodistas están recurriendo ya que después de todo se trata de escribir, de gestionar las redes sociales de una empresa pública o privada, sus blogs y su comunicación online. En el caso de optar por esta salida yo aconsejaría una formación previa con el fin de adquirir un amplio conocimiento de las mil y una herramientas digitales así como unas pautas sobre cómo manejar con profesionalidad las redes sociales y los comentarios y reacciones de sus seguidores. O al menos eso hubiera hecho yo de optar por esta salida.

2Lanzarse a la aventura del emprendimiento. Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña. Así de claro. Si uno no consigue trabajo como periodista, puede crearse su propia empresa ya sea una agencia de comunicación, un periódico digital, o incluso ofrecer sus servicios de community manager a varias empresas. Esta opción no tiene por qué implicar un gran desembolso económico, aunque sí una ingente dosis de sacrificio y de lucha y más en unos tiempos económicos tan sumamente complicados en los que la competencia no puede ser más feroz.

3Probar fortuna en el extranjero. A menos que seas bilingüe y hables y escribas otro idioma con competencia profesional, el destino de muchos periodistas en el extranjero es, sin duda, Sudamérica. Países como Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Uruguay, entre otros, ofrecen a muchos periodistas españoles la tan codiciada oportunidad de trabajar como periodistas. Prueba de ello, la encontramos en el reportaje del ABCEl periodismo con acento español triunfa en Iberoamérica”.

También está la opción de localizar en otros países del mundo medios de comunicación que utilicen el español como lengua vehicular. Haberlos haylos. Por poneros unos ejemplos el canal de televisión iraní, HispanTV, el periódico situado en Dubai El correo del Golfo, o el londinense El Ibérico, entre otros muchos.

Otra posibilidad es trabajar en cualquier otra profesión e ir adquiriendo los conocimientos lingüísticos profesionales necesarios para escribir y hablar como un nativo, algo que se puede conseguir a lo largo del tiempo si uno se empeña en ello.

Las dos opciones que me quedan estarían al margen del periodismo:

4Comenzar una segunda carrera profesional que te entusiasme. Al margen del periodismo podemos tener otras grandes pasiones, lo suficientemente potentes como para hacer de ellas nuestra profesión. En este sentido, siempre me viene a la mente, una de las grandes reflexiones de Confucio: “elige un trabajo que ames y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”. ¡Qué gran verdad! Así pues, puede haber vida más allá del periodismo. Todo es cuestión de saber encontrar lo que nos gusta y ver la manera de cómo ganarse el sustento con ello.

5Intentar trabajar en lo que sea.  La peor opción, sin duda, aunque muy comprensible ya que el dinero no cae del cielo y son muchas las facturas que hay que pagar. No me negaréis que incluso esta salida se presenta complicada cuando uno opta a trabajar en un puesto por debajo de su formación profesional. Y ¿cómo vamos a ocultar los títulos que poseemos? ¡Si estamos más que fichados en este mundo digital! El señor rey Google delata en tan sólo unos segundos nuestro pasado profesional, además de que que no se debe mentir jamás en el currículum.

Estas son pues las cinco opciones que he considerado a lo largo de este tiempo de inactividad profesional. Mi plan b iba a comenzar en septiembre, como el curso escolar, pero, de momento, esperará. No obstante, no lo descarto por completo. Vivimos en un mundo cambiante en el que casi nada es para siempre. Así pues, aunque no es una tarea fácil os animo a vosotros también a buscar ese plan alternativo, a tener un proyecto en la recámara pero también a seguir luchando por conseguir trabajar en una profesión tan apasionante y gratificante como la de periodista. A eso no renunciéis nunca.